Bull Mountain
Ayer cayó esta esplendida lectura.
Tras unos años en una de las torres de pendientes, este verano, al ver que publicaban un segundo, le tocó escalar posiciones, le llegó su momento, y oye, no ha podido ser mejor la elección. Una joya, sucia y dura, pero brillante como pocas.
Malas vidas de paletos montañeses yankis profundos, de esos que destilan wisky, plantan Maria y trapichean armas o meta. Toda una panda de tarados hijos de puta, que viven tratando de perpetuar su microverso, cueste lo que cueste, siendo perpedores o no, siendo o no conscientes de ello.
Panowich, estupendo relatista en esta narración, logra atraparte con capítulos cortos, dónde ni sobra ni falta una coma. Duro y a la encía. Una historia con sus giros y sorpresas, narrada a lo largo de diversos años, con varios personajes que van y vienen, acercándose a su confuso presente. Relato pleno de dolor y tristeza, de amores perros, y familia malsana, tan extremo como próximo seguramente a la realidad de estas "tribus".
Soberbio.