Impacto
Un secuestro, una petición, las redes sociales como protagonistas, mensajeros y testigos, unos investigadores, unos ideales, unas realidades. Un mundo que se agota, un personaje, polémico criminal para unos, héroe a seguir para otros, (el lector constante que elija su bando), que quiere activar, reactivar, algo en las mentes de una humanidad abotargada en su cómoda vida de primer mundo, de estado del bienestar decadente, caduco, moribundo, como el planeta que lo acoge. Blancos, negros y grises, viviendo más y mejor que un faraón egipcio, todos al unísono abusando del medio bajo el mismo sol. Insostenible.
Una ceguera global, en una raza de los cientos que habitan La Tierra, que llegaba tarde ayer para salvarse de si mismos. Y mañana será otro día, seguramente igual o peor.
Cualquier capítulo suelto da para una buena charla, el conjunto de la obra daría para horas y horas de debates, cuándo realmente tenemos que dejar de hablar y ponernos manos a la obra. Ya.
Bueno, desolador, crudo como el de la imagen de portada, real como el ayer, hoy y mañana. Y lo que nos queda. Tristemente necesario.